Es un regalo encontrar a alguien que pueda comunicar con tu animal cuando llega la hora de tomar decisiones y no estás preparado para “dejarle marchar”. Cuando mi perrita Kiara murió, Marta hizo una conexión con ella y recibí mensajes directos y liberadores que aún hoy resuenan en mí. La calidez, serenidad, capacidad de escucha y sensibilidad de Marta recondujeron mi dolor hasta entender que sólo el amor perdura y que lo hace sin límites ni tiempo. Siempre te agradeceré tu gran y delicado trabajo y lo recomendaré a cualquiera que sienta en su interior esa última necesidad que yo sentía. ¡Que nadie tenga miedo a “traspasar” esa barrera!, porque ellos tienen mucho que decirnos si estamos dispuestos a escuchar con amor y transparencia. ¡Gracias Marta! por hacer de tu trabajo un “puente de luz” en esos momentos tan duros.