A través de 10.000km de distancia he confiado en Marta, pues mi perro se había abandonado a sí mismo, no tenía ganas de nada, ni de jugar ni de comer, tenía mucha tristeza y quería estar siempre solo. Contacté con ella por recomendación y tras la comunicación y el trabajo energético que hizo, poco a poco mi perro fue volviendo a tener más vida al tiempo que me informó de cómo relacionarme con él y de qué es lo que mi perro esperaba de mí. Este fue mi caso en particular, con el que pude salir adelante ayudando a mi compañero de todos los días, porque ellos no saben hablarnos pero a Marta sí.