Percibir por un instante el mundo como si fueras un perro

La belleza de abandonar tus sentidos para abrazar los de un animal y sentir el mundo a través de ellos 

Una de las cosas más hermosas que me pasan durante las comunicaciones con los animales, es cuando ellos me envían la información de manera que puedo sentirla y experimentarla tal y como ellos la viven… o casi. 

Son regalos que yo acojo con alegría y que me llenan el corazón, porque puedo sentirme una con ellos, desdeñando las barreras que creemos que tenemos entre nosotros y se produce una acercamiento, una mezcla de las conciencias que elimina el tú eres tú y yo soy yo, permitiendo que nazca el tú eres yo, y yo soy tú. 

Para aclarar esto, te voy a contar algo que me pasó en una comunicación con un perro, en donde pude comprobar cómo habitaba en él la energía de un Ser salvaje, que se sentía internamente muy libre y bastante alejado de lo que podríamos entender “un perro standard de casa”. 

 

Vivir el wilderness o la tierra salvaje 

 

Durante la comunicación con él, en un momento dado me llevó un entorno de Naturaleza que empezó a mostrarme a través de las imágenes de un campo con nieve, con algunas piedras grandes y árboles hermosos de gran tamaño, creo que pinos o abetos. 

De repente pasé de simplemente verlo, a empezar a sentirlo y comenzar a percibir todo a través de los sentidos del perro, porque había dejado de ser yo y ahora comenzaba a ser él. Empecé a tomar conciencia de que estaba sintiendo el frío de la nieve en lo que ahora eran mis finas patas, que además las sentía con el pelo mojado por la nieve y hundidas en cierta cantidad de nieve virgen y esponjosa ¡Podía sentir la nieve esponjosa! 

Pude percibir el silencio del ambiente, ajeno a ruidos humanos, donde sólo oía los sonidos del viento suave, un pájaro a lo lejos, y de repente… el caer de los copos. Nunca había oído ese sonido… ¡estaba oyendo los copos de nieve caer!… Ese suave sonido sordo que aún con todo percibía… un copo ligero tras otro… caer… con mis orejas en punta y alerta… 

Y de repente, comienzo a sentir que mi nariz es el hocico hueco y largo ¡qué estaba ahí! Podía sentirlo, la cavidad sonora, resonante, hueca y húmeda, que expulsaba el aire caliente que salía al exterior, mi respiración…. ¡wow! Qué increíble sensación… sentirme así, el frío, la humedad de mi hocico y el aire caliente que de él salía, sentir el bosque, el silencio, y a la vez los sonidos de la naturaleza tan armónicos y bien integrados… 

El tiempo en esos momentos se para, sencillamente no existe, no soy consciente de nada más que de eso que experimento, de las sensaciones y del instante PRESENTE. Yo ya no existo, simplemente soy

Y de repente sé, con una certeza que no es explicable, que hay un animal en la distancia que huelo, y al que me planteo si tal vez cazaré, como parte natural del ciclo, sin maldad alguna, siendo consciente al tiempo de que también soy ese animal que huelo, soy el perro, y el bosque, y somos todos UNO, bajo leyes que organizan nuestros movimientos pero con una profunda sensación de honrar la vida en la forma que sea… 

Vuelve a mí el olor… ahora sé que es un conejo, lo sé, pero me siento, y en este caso oigo en forma de pensamientos –

 

podría cazarlo, pero ahora no tengo hambre, hoy no toca cazarlo

– y siento que lo dejo pasar, con alegría y serenidad, soltando la idea… En ese momento llega a mi la palabra que este perro literalmente me envía… vivir en el Wilderness o vivir en la tierra salvaje. 

Se hace el silencio… acojo todas estas sensaciones… me entrego a la presencia total de este instante… Todo está ahí contenido, mucho más allá de lo que me es posible explicar… Silencio… 

Y de repente, mi querido perro me lleva de nuevo a su momento presente, tras haberme regalado al compartir conmigo, su deseo, su sensación, su vivencia, de cuando conecta con su Espíritu más salvaje y profundo en la Naturaleza. 

Al volver a tomar conciencia de forma natural con mi cuerpo, estas sensaciones se han quedado imprimadas para siempre en mi campo energético. Imposible olvidarlas, porque lo que vive el cuerpo, no puede olvidarse. 

No puedo dejar de honrar, bendecir y de agradecer a nuestra familia animal su pureza, su presencia, que siempre me conmueve. Ahora sé, lo que es para este maravilloso ser, vivir el Wilderness. 

Si tienes alguna experiencia similar, ¡por favor compártela! Estoy segura de que alguna vez has tenido alguna hermosa conexión con la Naturaleza. ¡Vale la pena contarla! 

Con todo mi cariño,

Marta

Marta