Vivir en la expectativa
¿Te ha pasado alguna vez esperar con mucha ilusión recibir algo, o que alguien hiciera alguna cosa, o querías que un proyecto resultara de una determinada manera… y al final nada de eso pasó? Y entonces compruebas que la realidad ES diferente de lo esperado por ti.
Ahí es justo cuando te llevas grandes decepciones. Sucede cuando lo que esperas que suceda y lo que realmente sucede nada tienen que ver. A eso se le llama vivir con expectativas.
Me sucedió en una ocasión que al entregar la comunicación que hice con su animal a una chica, ella se decepcionó, y no pudo encajar la información que se le brindaba porque no encajaba con lo que ella pensaba, esperaba, creía o necesitaba oír.
Sentirse decepcionado muestra con claridad dónde está la persona y desde dónde se coloca para recibir lo que le dan o desde dónde vive lo que le sucede.
Cuando tienes expectativas, es porque algo esperabas, y cualquier cosa que te llegue que no sea eso, generará en ti decepción y, entonces dirás a la persona de enfrente o sentirás por dentro eso de: “me has decepcionado”.
Estar en este estado de esperar algo, impide abrirte con alegría a lo que venga. Te impide mirar dentro de otros caminos y propuestas que también tienen verdad e interés para ti, y a los que muy probablemente convendría que abrieras la puerta y echaras un vistazo.
Cuando estás cerrado en la idea de lo que creías que tenía que ser, no puedes recibir, ni tan si quiera ver, lo que la vida o la persona de enfrente te entrega en realidad, y te acorazas en tu razón rechazándolo e impidiendo que nada diferente entre.
Eso y mucho más te pierdes cuando estás en lo que “tiene que ser” o en “lo que tú esperas”
A esta chica que te menciono arriba es justo lo que le pasó. Se encerró tanto en lo que “tenía que ser”, que nunca pudo recibir la comunicación con corazón abierto y alegre para ir más allá de lo que ella esperaba. Date cuenta de la tremenda pérdida que eso supone… En este caso, su cabeza y sus expectativas le impidieron sentir y escuchar a su animal. Qué pena tan grande.
Cuando tienes expectativas, es bueno que te preguntes qué es exactamente eso que necesitas recibir para quedarte satisfecho, y por qué ha de ser así. ¿Cómo de flexible o de rígido eres ante lo que llega y cómo me comporto ante ello? ¿Cuánto te niegas a mirar en sitios nuevos que te proponen y en los que tal vez no quieres mirar?
Cuando no esperas nada, todo lo que llega puedes acogerlo desde la serenidad y la paz que te regala la apertura y la libertad de mente y corazón
Por otro lado, cuando echamos sobre los hombros de los otros nuestras expectativas sobre cómo deberían comportarse, se convierte en algo tremendamente injusto y asfixiaste, puesto que nadie tiene derecho a esperar nada de otra persona, ni mucho menos a cargarla con la expectativa de que no te decepcione.
No podemos decepcionar a nadie porque el otro no tiene derecho a esperar nada de ti, y si lo hace de una manera encubierta, date cuenta de que te está cargando con una conducta, un resultado o una actuación que tú no has elegido libremente.
En las comunicaciones con los animales…
Este tipo de emociones mal colocadas, son especialmente importantes a la hora de recibir las comunicaciones, porque pueden impedir al humano recibir el contenido profundo y sensible que su animal trata de trasmitirle.
En las asesorías emocionales o en todo tipo de trabajo de crecimiento personal…
Es fundamental que no esperes ni coloques en el otro nada. Es tu trabajo abrirte a lo que te llega para con valentía mirarte en donde te proponen. Y con tu sabiduría interna sabrás discernir lo que quieres coger y lo que no, y decidir lo que te sirve y lo que no.
Si esperas algo con expectativa, te cierras a los nuevos caminos que te llegan, a las nuevas perspectivas que te proponen y a nuevas maneras de sentir. Porque no podemos saber lo que no sabemos y jamás lo descubriremos si nos cerramos a ello.
Por eso te sugiero… ¡fuera expectativas y alegría auténtica para recibir lo que llega!
Porque la vida sencillamente ES y nunca se muestra como tú crees que debería ser.
Ahora es tu turno… ¿A qué expectativas has renunciado o quieres renunciar para recibir con más frescura la vida? Siempre es muy interesante leerte en los comentarios y muy buena opción que quieras compartir tus experiencias con otras personas.
Te mando un fuerte abrazo,