Reflexiones. ¿Hasta qué punto estás dispuesto a respetar a tu animal? ¿Sus intereses y sus decisiones propias? No hablo de lo que tú quieres sino de lo que él quiere… Me refiero a combinar la información que el animal comparte en la comunicación desde su Ser profundo con la personalidad que aparenta y el cuerpo que habita. ¿Estás preparado para acoger la información que te da? A veces lo que expresan nuestros animales no encaja con lo que vemos o con lo que esperamos. Es interesante hacernos la reflexión de cuánto nos abrimos a esta otra información y cuánto estamos dispuestos a tratar de integrarla. No siempre es compatible hacerlo al 100% porque está claro que cada persona tiene su vida, su circunstancia y sus condicionantes. Sin embargo, saber lo que cada uno piensa o siente (animal y humano) y tenerlo en cuenta, mejora la relación interespecie. También estemos atentos porque a veces, cuando no atendemos lo profundo, esa disonancia se manifiesta en el cuerpo de tu animal como una enfermedad o disfunción… Exactamente igual que nos pasa a los humanos “lo que la boca calla el cuerpo lo habla” (Dr. Hammer)
